Preparación
En un cazo ponemos la leche, junto con la rama de canela, la piel del limón y las tres cucharadas de azúcar. Removemos para que el azúcar se disuelva.
Calentamos hasta que arranque a hervir. Apagamos el fuego y dejamos templar.
Mientras, cortamos el pan a rodajas de unos 2 cm de grosor en diagonal, quedan más bonitas.
Retiramos la piel del limón y el palo de la canela del cazo.
Disponemos las rodajas de pan en una bandeja amplia y vertemos la leche, damos unas vueltas a las rodajas de pan con cuidado, para que empape bien por ambos lados. Pero no las dejaremos mucho tiempo porque podrían romperse.
Ponemos una sartén con abundante aceite, lo suficiente para que cubra la rebanada hasta la mitad.
Cuando el aceite esté bien caliente, empezamos a bañar las rebanadas de pan por el huevo batido, escurrimos el exceso de leche y la ponemos en el plato con el huevo, le damos la vuelta que quede la rebanada bañada por ambas caras, escurrimos con cuidado y freímos.
Cuando estén doradas por un lado, les damos la vuelta y dejamos unos minutos por la otra cara. Retiramos y dejamos escurrir sobre un papel absorbente de cocina.
Una vez tenemos todas las torrijas fritas y templadas las rebozamos en la mezcla de azúcar y canela, que habremos mezclado previamente en un bol y las vamos depositando en una bandeja.
VER VIDEO RECETA AQUÍ
Me encantan las torrijas, es un desayuno que no falta en casa en Semana Santa y a ti te han quedado de lujo.
Un besito desde Las Palmas y feliz semana.
Soy el del Parchís. He venido a ver las torrijas, pero me he dado cuenta que todo tiene muy buena pinta. Ya sé que haré con mi madre estos días jejej