Cuando entro en una librería es difícil que salga con las manos vacías, o me llevo una novela o un libro de cocina. 
 
Miro recetas por la red, pero el placer de tumbarme en el sofá o en la cama con un libro y pasar páginas me cuesta perderlo, me resisto al mundo digital.
 
Uno de mis últimos libros de cocina ha sido el de Isasaweis «Cocina sana para disfrutar«, lo había visto muchas veces pero no me había parado a ojearlo, pero fue abrirlo y ver varias recetas que seguro que en casa iban a gustar.

Me he estrenado con este pastel, pero lo he adaptado un poco a los gustos de casa, añadiéndole un sofrito con las cabezas de las gambas y utilizando merluza  y gambas frescas no congeladas.
 

 

Ingredientes
para 4/5 personas
700 gr de cola de merluza
300 gr de gamba roja pequeña
1 cebolla
1 diente de ajo
4 huevos
2 cucharadas de aceite de oliva virgen
sal
pimienta recién molida
 
 

Preparación

Precalentamos el horno a 200º.
 
Mandamos quitar las espinas de la merluza y que nos hagan un par de filetes.
 
Separamos las cabezas de los cuerpos de las gambas y pelamos los cuerpos.
 
En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva y sofreímos las cabezas y las pieles de las gambas, aplastamos bien las cabezas para que suelten todo su jugo. Colamos y reservamos el jugo.
 
Salteamos los cuerpos de las gambas un par de minutos a fuego fuerte para sellarlas. Reservamos.
 
En la misma sartén ponemos un poquito más de aceite y pochamos la cebolla junto con el ajo, que habremos picado finamente previamente.

Cuando esté tierna y transparente añadimos la merluza desmenuzada, salteamos unos minutos, cuando cambie de color añadimos el jugo de las gambas y las gambas, removemos y dejamos un par de minutos en el fuego para que se integren los sabores, salpimentar a gusto.
 
En un bol batimos los huevos, incorporamos el contenido de la sartén y mezclamos bien.
 
Engrasamos el molde que vayamos a utilizar, vertemos el contenido del bol y cocemos durante 20 o 25 minutos a 200º, hasta que el pastel esté cuajado.
 
Unos minutos antes de terminar la cocción espolvoreamos el queso rallado y gratinamos hasta que quede doradito.
 
Servimos.